Los implantes dentales son aditamentos, como raíces artificiales, creados para sustituir dientes ausentes o perdidos por cualquier causa, capaces de integrarse hasta el punto de convivir de forma sana y totalmente natural con el resto de los tejidos de la boca. Actualmente están fabricados preferentemente de titanio químicamente puro y actúan como sustitutos de las raíces dentales. Tras su colocación dentro del maxilar o de la mandíbula sirven para que, una vez que estén osteointegrados, den soporte a los nuevos dientes artificiales que irán unidos a ellos.
Por un proceso biológico conocido como Osteointegración, descrito por el Profesor Bränemark en los años 50, mediante el cual el organismo establece una conexión directa entre el hueso y la superficie del implante. Cuando se ha producido la osteointegración el implante se encuentra firmemente unido al hueso y puede soportar una prótesis para hacer frente a todos los requerimientos funcionales y estéticos como si se tratase de un diente natural sano. Otra característica de la osteointegración es la de ser muy estable en el tiempo por lo que estos tratamientos ofrecen resultados satisfactorios que se disfrutan durante muchos años.
Optamos por la colocación de implantes dentales cuando se pretende: Reponer dientes con estabilidad similar o incluso superior a la de los naturales perdidos, evitando utilizar dientes adyacentes. Rehabilitar la boca funcional y estéticamente con calidad y precisión. Obtener un anclaje para las prótesis dentales móviles, aportando la estabilidad necesaria para dar confort y seguridad, como si fueran prótesis fijas. Conseguir que el hueso de los maxilares mantenga su función y no pierda volumen por reabsorción, evitando de esta forma el deterioro de los tejidos y el aspecto de cara envejecida por formación de pliegues y arrugas. Posibilitar anclajes que permitan efectuar otros tratamientos como los ortodónticos u ortopédicos y que de otra forma, en ocasiones serían imposibles de realizar.
Mediante un implante dental puede ser rehabilitada la pérdida de un diente natural SIN NECESIDAD DE UTILIZAR O TALLAR los dientes adyacentes sanos, cuestión inevitable, sin embargo, si se opta por la colocación de un puente apoyado en los dientes. Sobre el implante se adapta una corona unitaria o independiente, que puede ir cementada o unida al implante mediante un pequeño tornillo invisible. Con ello la apariencia natural y las funciones masticatorias y de fonación quedan totalmente restauradas sin tener que apoyarnos en dientes adyacentes.
Cuando se han perdido varios dientes, ya sean anteriores o posteriores, y el tramo sin dientes es pequeño, se pueden reponer las ausencias mediante una prótesis fija denominada puente, que puede ir apoyada en sus dientes naturales. Pero si se desea evitar tallarlos, es más aconsejable colocar varios implantes en el tramo sin dientes y sobre ellos apoyar el puente. Cuando aún habiendo dientes naturales, los huecos sin dientes sean tan grandes que desaconsejen la colocación de un puente apoyado en los propios dientes del paciente, habrá que elegir entre una prótesis removible con ganchos, retenedores e incluso paladar, aceptando los inconvenientes que estos tipos de prótesis conllevan, o bien optar por la colocación de varios implantes para soportar los puentes. Hoy por hoy, en general, los implantes constituyen la opción más aconsejable.
La rehabilitación bucal de una persona que ha perdido todos sus dientes puede realizarse mediante una prótesis completa movible. Estas “dentaduras completas” con el paso del tiempo pueden presentar una serie de inconvenientes como:
A – Perdida de estabilidad, ajuste y retención que ocasiona movilidad, dificultad masticatoria e inseguridad.
B – Reabsorción lenta pero continuada del hueso alveolar de los maxilares.
C – Llagas en zonas de roces.
D – Pérdida del gusto y cambios en el sabor de los alimentos.
E – En algunas personas producen náusea lo que dificulta su uso.
Estos problemas así como la necesidad de efectuar revisiones frecuentes han de ser tenidos en cuenta a la hora de decidir cómo rehabilitar estos casos. Mediante la colocación de un número variable de implantes dentales, que dependerá de cada caso en particular, se puede adaptar una prótesis estable y así detener la reabsorción del hueso en los maxilares e incrementar el confort y la seguridad.
En este caso se puede optar por una prótesis completamente fija, que sólo puede ser retirada por el dentista o por una sobredentadura que, aunque puede ser desmontada por el paciente, asegura una gran estabilidad y confort cuando está colocada.
Los procedimientos quirúrgicos del tratamiento con implantes están muy bien protocolizados y habitualmente se realizan con una molestia mínima o nula. En la gran mayoría de las ocasiones se realizan bajo anestesia local, igual que otros muchos tratamientos odontológicos y sólo se percibe el ruido de los instrumentos y sensaciones de presión o “runruneo” en la zona. En el postoperatorio puede presentarse una molestia ligera al cesar el efecto de la anestesia, aunque ocasionalmente podría ser más intensa. Sólo en algunas personas con especial predisposición puede presentarse, habitualmente a partir de las 24 horas de la intervención, inflamación de la zona operada y hematoma. Estos fenómenos no representan ningún problema y son el reflejo de la reacción reparadora de los tejidos tras la intervención. En casos muy concretos, bien por indicación facultativa o porque el paciente lo solicite, la intervención de colocación de implantes dentales se realizará bajo los efectos de anestesia general, generalmente en régimen hospitalario.
Depende de la causa de la pérdida de los dientes. Esta opción puede ser posible si la pérdida se ha producido en ausencia de infección y con un lecho óseo sano o no alterado. En caso de existir infección o haberse producido alteraciones de la calidad o cantidad del hueso, es aconsejable esperar un tiempo a la normalización del lecho óseo que recibirá al implante, pues de lo contrario puede comprometerse la fiabilidad del tratamiento. En estas situaciones, cuando el caso lo requiere por necesidades estéticas o funcionales, se puede confeccionar una prótesis provisional, fija o removible que le permita sobrellevar el tiempo de espera de forma confortable. La duración del período de espera dependerá de cada paciente y su Equipo Implantológico podrá, incluso antes de la extracción, adelantarle una previsión aproximada de la duración del mismo.
La colocación de los implantes dentales requiere de una o varias intervenciones quirúrgicas para preparar el lecho óseo e instalar los implantes. Dependiendo de cada caso, esta colocación se puede realizar en una o dos etapas o actos quirúrgicos. El tratamiento con implantes dentales.
Si el procedimiento quirúrgico se realiza en dos fases, en la primera se inserta el implante, dejándolo totalmente cubierto por encía durante un período de tiempo variable.
En la segunda fase, generalmente varias semanas después, se realiza una pequeña incisión en la encía para comprobar el buen estado del implante y efectuar la conexión del pilar que queda en contacto con el medio bucal y servirá de unión a la futura prótesis. Cuando el implante se coloca en una sola etapa quirúrgica, que hoy día se realiza cada vez más frecuentemente, se instala la fijación o implante y a la vez un componente de conexión que queda en contacto con el medio La duración bucal, denominado pilar transepitelial o de cicatrización. En casos concretos, es posible que en un mismo día se realice el procedimiento quirúrgico y la colocación de una prótesis dental fija. La elección de un procedimiento u otro depende de criterios individuales que serán valorados por el Equipo Implantológico.
– Proceso inmediato o diferido a breve tiempo 1/7 días
– Proceso estándar en 1 fase 2/4 meses
– Proceso estándar en 2 fases 3/6 meses 4/6 semanas. El tratamiento
con implantes dentales.
Uno de los requisitos para lograr la osteointegración es la necesidad de que el proceso se produzca sin interferencias externas. Algunos de los factores que pueden perjudicar a este proceso son los siguientes:
– Las infecciones: Los pacientes con higiene bucal descuidada y sobre todo aquellos que sufren enfermedades periodontales (piorrea), tienen mayor riesgo de poder sufrir contaminaciones bacterianas de los implantes.
– Las cargas sobre los implantes: Con frecuencia las fuerzas aplicadas sobre los implantes durante la osteointegración pueden interferir con el proceso normal que conduce a la integración entre implante y hueso. Este riesgo es máximo en las personas que durante este período son portadoras de prótesis provisionales apoyadas sobre los propios implantes o sobre la encía que recubre los implantes.
– El hábito de fumar: Los fumadores tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones, ya que los elementos nocivos del tabaco afectan al proceso normal de osteointegración. De hecho la mayoría de las complicaciones de los tratamientos realizados con implantes dentales se dan en pacientes fumadores.
El tratamiento mediante implantes requiere poner a disposición del paciente procedimientos y medios materiales con una gran sofisticación técnica. Conllevan un coste superior frente a las alternativas convencionales de prótesis que además dependerá de la extensión y complejidad de la rehabilitación necesaria. Cuando la valoración del tratamiento se hace en función de los beneficios obtenidos, la relación coste-beneficio es normalmente más favorable que cualquier otra alternativa. Si usted desea saber cual sería el coste de su caso concreto, los dentistas que integran su Equipo Implantológico valorarán su caso y, si lo desea, le emitirán un presupuesto previo y le facilitarán las diferentes alternativas para asumir el importe y de esta forma lograr que el coste no sea un inconveniente para recuperar su salud y su estética.
Los tratamientos con implantes dentales han demostrado unos resultados de duración, confort, estética, fiabilidad y predictibilidad muy superiores a otros tratamientos sustitutorios de dientes naturales.
La investigación sobre las técnicas que han posibilitado la Implantología Osteointegrada actual parte de 1965 y, hoy día, hay pacientes que llevan prótesis sobre implantes dentales desde hace más de 30 años.
Al igual que ocurre con el resultado de otros tratamientos odontológicos y médicos, la permanencia en boca de los implantes y de la rehabilitación protésica que soportan, depende en gran medida de las características anatómicas y fisiológicas del paciente y de sus hábitos, así como del tipo de alteración que haya causado la pérdida de los dientes. No es posible ofrecer una estimación general para todos los pacientes del tiempo de permanencia previsto para los implantes, pero en cualquier caso los implantes dentales actuales no tienen caducidad conocida.
Los implantes dentales en su gran mayoría están fabricados con titanio quirúrgico, material que ha demostrado ser biocompatible, bioinerte, estable, con capacidad de integrarse con el hueso (osteointegración) y muy buena tolerancia por parte de los tejidos blandos.
Es un metal que no ha demostrado ninguna reacción tóxica ni irritativa sobre el tejido vivo, esto quiere decir que el organismo no lo reconoce como extraño. Por tanto, las posibilidad de que produzca una reacción de rechazo o de alergia a este tipo de material es sumamente improbable.
Sin embargo, durante los meses siguientes a su colocación, los implantes pueden sufrir complicaciones que deriven en la falta de osteointegración y, por tanto, pueden tener que ser retirados.
Estas situaciones, aunque escasas, suelen deberse a razones como: infecciones de la zona operada, deficiencias en la vascularización, alteraciones en los procesos reparativos del organismo como los que son frecuentes en fumadores y estrés o sobrecarga funcional cuando soportan una prótesis.
En tal caso TC DENTAL le repondría el/los implantes retirados sin coste alguno para el paciente.
No, ya que siempre se realiza con anestesia local y en ocasiones con sedación o anestesia general. Para la mayoría de los pacientes es suficiente con aplicar anestesia local para evitar cualquier tipo de molestia pero, si fuera necesario, su Equipo Implantológico podrá mejorar su bienestar mediante la ayuda de medicamentos relajantes o aplicándole técnicas de sedación consciente. Si por cualquier motivo, su caso precisa que sea tratado bajo anestesia general, su Equipo Implantológico le facilitará efectuarlo con la colaboración de especialistas en anestesia y reanimación en ambiente hospitalario. Siempre, desde los primeros instantes del estudio, durante todo el tratamiento y una vez finalizado el mismo cuando usted descanse en casa, su Equipo Implantológico evitará que tenga molestias. Escuche y siga sus consejos y comprobará como el postoperatorio transcurrirá sin problemas. Para su tranquilidad, tenga siempre a mano el teléfono de la clínica para poder comunicar cualquier duda o problema que le surja.
*texto y recomendaciones de la Sociedad Española de Periodoncia